EMDR



(tratamiento para el stress post-traumático)

¿Quién en su vida no ha vivido algún evento traumático? (robo, accidente, enfermedad grave, cirugía, abuso, afrenta, trastorno de ansiedad, pánico, situaciones amenazantes, pérdidas, tragedias, catástrofes; o situaciones que aparentemente no revisten esas características, pero la persona las experimenta con tal magnitud que se transforman en traumáticas.). Cuando menciono lo traumático -grande o pequeño- me refiero a hechos que produjeron daño físico y por ende emocional, o hechos que no dañaron físicamente pero irrumpieron fuertemente en lo emocional/mental, desbordando los umbrales de tolerancia del aparato mental.

Los hechos considerados traumáticos pueden, en algunas ocasiones, ser procesados en su totalidad por la mente; pero en muchísimas otras, el proceso se interrumpe dando lugar al llamado stress post-traumático que se manifiesta por numerosos síntomas, que pueden aparecer seguidamente al hecho o después de un lapso más o menos largo. Se registran pesadillas, pensamientos reiterativos, flashback, irritabilidad, inseguridad, sentimientos de amenaza, estados de alerta, dolores y malestares físicos, ansiedad generalizada, miedos, pánico.

Ya hace unos años se comenzó a trabajar sobre estas secuelas y se descubrieron modalidades psicoterapéuticas que contribuyen notoriamente a reprocesar lo que quedó interrumpido dando como resultado la remisión de la sintomatología. Una de estas terapias con altos índices de resultado positivo y que perdura en el tiempo es E.M.D.R. que se traduce como reprocesamiento y desensibilización a través de los movimientos oculares.
Con esta técnica es posible limpiar esas secuelas y devolver a la persona un estado saludable de tranquilidad y seguridad al respecto de la temática que la perturbaba e inclusive ampliarse a otros aspectos de su vida.

Leticia Cohen

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